Beyhan Mutlu participó en su propia búsqueda policial sin saber que lo estaban buscando a él.
En Turquía, un hecho insólito quedó grabado en la memoria colectiva y dio la vuelta al mundo: un hombre llamado Beyhan Mutlu, de 50 años, desapareció en el bosque tras compartir tragos con sus amigos, pero lo verdaderamente sorprendente vino después. No solo lo buscó la policía y los equipos de rescate, sino que él mismo se unió al grupo de voluntarios que lo estaban buscando sin darse cuenta de que la persona desaparecida era él.
La historia comenzó en la provincia de Bursa, en el distrito de İnegöl. Beyhan Mutlu había salido con unos amigos a beber en un bosque cercano. En medio de la noche, sin dar aviso, se alejó y nadie supo exactamente hacia dónde había ido. Sus amigos, al no encontrarlo, decidieron dar aviso a las autoridades, pensando que podía haberse extraviado o estar en peligro.
La policía, equipos de emergencia y habitantes de la zona comenzaron un intenso operativo de búsqueda. Linternas en mano, voces resonando en la oscuridad, y una tensión creciente en cada minuto que pasaba. Lo que nadie imaginaba era que el propio Beyhan Mutlu se sumaría al grupo, caminando entre todos, como un voluntario más, ayudando a “buscarse” sin saberlo.
La escena parecía sacada de una película de humor negro. Mientras la brigada de rescate recorría cada rincón del bosque y gritaba su nombre a viva voz, Mutlu respondía con normalidad, sin sospechar que todo el esfuerzo estaba dirigido precisamente a encontrarlo a él. Todo cambió cuando en medio de la noche escuchó que lo llamaban repetidamente:
—¡Beyhan Mutlu! ¡Beyhan Mutlu!
Y él, confundido, simplemente dijo:
—¡Aquí estoy!
Ese instante se convirtió en el clímax de una anécdota que nadie podía creer. El desaparecido estaba parado frente a todos, colaborando en la búsqueda. Las risas, el desconcierto y la sorpresa dominaron la escena.
El propio Mutlu confesó luego que había bebido con sus amigos, que decidió alejarse un rato y, al ver un grupo de personas buscando a alguien, se unió sin pensarlo demasiado. Nunca se imaginó que la persona desaparecida era él mismo. Ante los medios declaró que todo parecía una broma del destino, y que jamás olvidaría aquella noche.
Este caso, aunque parece cómico, revela la facilidad con que las situaciones pueden salirse de control cuando se mezcla el alcohol, la desorientación y la falta de comunicación. Sin embargo, también muestra el lado humano de la solidaridad: decenas de personas, incluida la supuesta víctima, estaban unidas por una causa común.
Lo que más llama la atención es cómo la identidad puede perderse en medio de la confusión. Mutlu se vio a sí mismo como un extraño en la historia, sin darse cuenta de que era el protagonista. Esa paradoja convirtió el episodio en uno de los relatos más comentados de Turquía y del mundo entero.
Hoy, años después, la anécdota sigue siendo recordada como uno de esos hechos que parecen imposibles, pero que ocurrieron. La prensa internacional lo bautizó como “el hombre que se buscó a sí mismo”, y su nombre quedó ligado para siempre a este episodio singular.
En definitiva, el caso de Beyhan Mutlu es más que una anécdota graciosa: es un reflejo de lo inesperado de la vida, de cómo un giro absurdo puede transformar una situación de angustia en una historia legendaria.
Fuentes: Times of India, Daily Sabah, Business Insider