Nací en Cancún, Quintana Roo, al sureste de México. Amo profundamente mi patria; ser mexicano es un regalo que valoro cada día, tanto como a mi familia y amigos, especialmente a mi madre, quien es mi fuerza, mi inspiración y mi espíritu.
Desde niño fui muy activo: el football americano me enseñó disciplina y constancia, mientras que el skateboard me mostró el lado extremo de la vida y me convirtió en un amante de la adrenalina. Tuve que dejar ambos por una lesión, pero jamás perdí ese fuego interior.
Siempre fui extrovertido, aunque cuando me ponía los audífonos y escuchaba música, el mundo exterior desaparecía. En casa, el estéreo siempre estaba encendido. Fue mi hermano Héctor quien me presentó el rap cuando tenía apenas 9 años. Desde entonces, la música ha sido parte de mi vida, una especie de refugio y forma de expresión.
Soy licenciado en Derecho, aunque por razones personales y giros del destino dejé de ejercer. Una fuerte depresión marcó un antes y un después. Fue en ese momento oscuro que surgió una nueva oportunidad: llegar a Vancouver, Canadá. Aquí encontré un nuevo camino, lejos de casa pero más cerca de mí mismo.
Hoy, mi música es mi vida. Cada verso lleva mis experiencias, mis heridas, mi lucha y mi crecimiento. Quiero que quienes pasen o hayan pasado por lo mismo que yo, encuentren en mis letras un espejo y un abrazo. Que sepan que no están solos, que somos muchos los que sobrevivimos y salimos adelante.
Esto no es solo rap. Es mi verdad hecha ritmo, es de mí… para ustedes.