¿Por qué la Generación Z está cancelando el emoji de “pulgar arriba”? El gesto más universal ahora es polémico
Lo que alguna vez simbolizó aprobación ahora es visto como pasivo-agresivo. La Generación Z está reescribiendo las normas del lenguaje digital.
Hubo un tiempo donde un simple 👍 era sinónimo de “está bien”, “lo apruebo”, “todo en orden”. Pero en el universo digital actual, el significado de los símbolos no es estático. Las nuevas generaciones, particularmente la Generación Z, han puesto en la mira este emoji clásico, considerándolo innecesariamente seco, cortante, e incluso… pasivo-agresivo.
¿Exageración o evolución cultural? La respuesta es más compleja de lo que parece.
Según múltiples foros y encuestas en plataformas como Reddit, TikTok y Twitter (X), muchos jóvenes consideran que usar el emoji de pulgar arriba en ambientes laborales, grupos escolares o chats sociales no expresa empatía ni calidez. Para ellos, es un cierre abrupto, casi como decir “me da igual” o “no quiero hablar más contigo”, especialmente cuando proviene de figuras de autoridad o en contextos formales.
Desde el punto de vista de la psicología de la comunicación no verbal, esto tiene sentido. Un emoji, al igual que un gesto corporal, tiene un tono. Y cuando ese tono no se alinea con el mensaje emocional deseado, se genera disonancia. Es decir: puedes decir “OK” con un emoji, pero si el tono percibido es frío, tu intención se desmorona. La Generación Z no busca sólo palabras, busca contexto emocional, validación emocional real.
Este rechazo no es un capricho: forma parte de una transformación más profunda. Esta generación está cuestionando códigos establecidos, desafiando símbolos que en otro tiempo eran incuestionables. Lo que para los Millennials era eficiencia, para la Gen Z puede ser insensibilidad. Lo que antes era “neutro”, ahora puede ser “problemático”.
¿Es esto una muestra de fragilidad emocional o una evolución hacia una comunicación más empática y consciente? La verdad podría estar en el medio. La comunicación digital ha comprimido emociones en píxeles. La Gen Z, más expuesta a interacciones virtuales que físicas, busca una forma más precisa y emocionalmente coherente de expresarse. Y eso implica también cuestionar los símbolos heredados.
En definitiva, cancelar un emoji no es solo una tendencia: es una declaración. Nos invita a replantear cómo nos comunicamos y cómo queremos que nos entiendan en un mundo donde cada símbolo cuenta.